El camino de la verdad es un camino duro para seguir. Simplemente porque uno tiene miedo de las consecuencias cuando uno comete un error o hace algo que va en contra de las leyes del hombre y las de Dios. Al escoger el camino de la verdad, nos sometemos a la voluntad de Dios, no a nuestra propia voluntad, nuestro propio racionalismo, inteligencia y sabiduría. Es ser verdadero en todo lo que hacemos. Tenemos que ir y enfrentarnos a nuestros errores, darle la cara, darle el frente. Tenemos que vencer el miedo de lo que nos va a pasar, de cuales serán las consecuencias de nuestro errores e ir a corregir lo que hicimos mal: pedir perdón si hemos ofendido a alguien o pagar restitución si hemos causado daños materiales, sin importar las consecuencias de estos errores. A si ponemos los juicios de Dios delante de nosotros. Al enfrentar el problema y hacer lo que es correcto sin importar las consecuencias, nos estamos sometiendo a los juicios de Dios. Pero tenemos que venir con un corazón arrepentido y con el convencimiento de que haremos todo lo posible para no cometer estos errores nuevamente. Que Jehová sea el juez y someternos a sus correcciones y enseñanzas. Y darle gracias a Dios por todo.
El camino de la verdad es un camino duro para seguir. Simplemente porque uno tiene miedo de las consecuencias cuando uno comete un error o hace algo que va en contra de las leyes del hombre y las de Dios. Al escoger el camino de la verdad, nos sometemos a la voluntad de Dios, no a nuestra propia voluntad, nuestro propio racionalismo, inteligencia y sabiduría. Es ser verdadero en todo lo que hacemos. Tenemos que ir y enfrentarnos a nuestros errores, darle la cara, darle el frente. Tenemos que vencer el miedo de lo que nos va a pasar, de cuales serán las consecuencias de nuestro errores e ir a corregir lo que hicimos mal: pedir perdón si hemos ofendido a alguien o pagar restitución si hemos causado daños materiales, sin importar las consecuencias de estos errores. A si ponemos los juicios de Dios delante de nosotros. Al enfrentar el problema y hacer lo que es correcto sin importar las consecuencias, nos estamos sometiendo a los juicios de Dios. Pero tenemos que venir con un corazón arrepentido y con el convencimiento de que haremos todo lo posible para no cometer estos errores nuevamente. Que Jehová sea el juez y someternos a sus correcciones y enseñanzas. Y darle gracias a Dios por todo.
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