lunes, 28 de enero de 2013

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.  Salmos 22:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

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