jueves, 18 de abril de 2013
Hijo mío, está atento a mi sabiduría,
Y a mi inteligencia inclina tu oído,
Y a mi inteligencia inclina tu oído,
Para que guardes consejo,
Y tus labios conserven la ciencia.
Y tus labios conserven la ciencia.
Porque los labios de la mujer extraña destilan miel,
Y su paladar es más blando que el aceite;
Y su paladar es más blando que el aceite;
Mas su fin es amargo como el ajenjo,Agudo como espada de dos filos.Proverbios 5:1-4
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