sábado, 1 de febrero de 2014

Tú, Señor, eres bueno y perdonador;
grande es tu amor por todos los que te invocan.
 Presta oído, Señor, a mi oración;
atiende a la voz de mi clamor.
 En el día de mi angustia te invoco,
porque tú me respondes.

Salmos 86:5-7

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