Que Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien
nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo
consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a
todos los que sufren. Pues
así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así
también por medio de él tenemos abundante consuelo. 2 Corintios 1:2-5(NVI)
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lunes, 14 de abril de 2014
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