Piénsenlo
de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus
hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos
hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de
todas las posesiones de su padre.Tienen que obedecer a sus tutores hasta que cumplan la edad establecida por su padre.Eso mismo sucedía con nosotros antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo.
Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley.
Gálatas 4:1-4 (NTV)
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jueves, 20 de marzo de 2014
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