En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se
atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos
de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
Por
tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo
que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las
azoteas. Lucas 12:1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
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